Como algunas de vosotras sabréis, el CETA es el Tratado de Libre Comercio
entre la Unión Europea y Canadá. Durante su negociación, a todas luces con
falta de transparencia, la Unión Europea ha concedido, encantada, una serie de
concesiones en lo que un día fueron los símbolos de nuestra unión, ya
vapuleados durante la crisis y las políticas neoliberales: el bienestar social
y la protección medioambiental. En el CETA se establece, entre otros puntos:
· 1. Clausula
Standstill. Una lista negra de los servicios hasta ahora públicos que los
estados europeos estarían dispuestos a privatizar en manos de empresas
norteamericanas.
· 2. Clausula
Trinquete. Establece que aquellos servicios ya privatizados no deben volver a
la gestión pública, con enormes indemnizaciones si ello sucediera.
· 3. Tribunales
Paralelos a los civiles. Sistemas de arbitraje empresa-estado que favorecerán a
las empresas no europeas y que permiten que una empresa demande a un estado
soberano si considera que alguna actuación atenta contra sus intereses.
· 4 Reducción de
los derechos ciudadanos. Rebajará los estándares europeos en materia de
protección medioambiental, derecho a sindicato y negociación colectiva.
Entrarían productos de Canadá actualmente prohibidos en Europa, como la carne
hormonada o los pollos clorados.
En el blog El Salmón A Contracorriente han elaborado un listado de varios
ejemplos de alimentos que llegarían a Europa a partir de la firma de este
tratado.
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